domingo, 25 de abril de 2010

El Estornudo de Don Lucio

El siguiente cuento para niños fue editado por la Enciclopedia Infantil colibrí. En el número 101. Por el Consejo Nacional de Fomento Educativo, México, D.F. 1979. ISBN 968-804-829-1(volumen VII)

La edición electrónica se puede ver en la página http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/colibri/htm/menu.htm

Texto: Macario Matus

Ilustración: Felipe de Jesús Morales

Imagen de Don Lucio llevando en su espalda un conejo

Don Lucio es un hombre muy sabio y, al mismo tiempo, es un sencillo cazador. En este oficio pone en práctica su inteligencia y siempre regresa a casa con conejos, venados, patos silvestres, iguanas, liebres y otros animales que habitan la selva juchiteca.

Imagen de Don Lucio tratando cazar a un armadillo

Un día intentó cazar un armadillo que se atravesó en su camino, pero el animal sacó sus garras dispuesto a defenderse.

Don Lucio se enfrentó a él y ambos sostuvieron una dura lucha en la que se revolcaron sobre el camino de tierra, pero el armadillo no se dejó atrapar. El humilde cazador prefirió pensar, ante la extraordinaria fuerza del animal, que ese día habría de desistir de comer carne de armadillo.

De vuelta a casa, pasó por un río y decidió darse un chapuzón para quitarse el polvo de encima. Antes de desnudarse, miró a un lado y a otro para ver si lo espiaban; no había nadie a su alrededor.

Imagen de Don Lucio desvistiéndose

Entonces se desvistió y colgó su ropa de unas ramas secas que había en la orilla.

Imagen de Don Lucio al salir del agua

Se bañó rápidamente. Al salir del agua, sintió frío y estornudó tan fuerte que hizo saltar a un venado. En realidad había colgado su ropa de los cuernos del venado.

Imagen  de un venado que lleva colgada en los cuernos la ropa de  Don Lucio

Don Lucio intentó descolgarla, pero volvió a estornudar provocando que el venado huyera.

Imagen de Don Lucio buscando su ropa
Después, el cazador llegó a su casa con las manos entre las piernas, estornude y estornude.

1 comentario:

  1. Ya estoy viejona, tengo 34 anios y todavía me acuerdo de estos cuentos. No tengo hijos pero pienso tenerlos y cuando lo haga, van a heredar mi Colibrí, que tantas cosas me ensenió.
    Gracias

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